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Channel: Poesía en la escuela
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Les invisibles, por Emiliana Centuriòn

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Me subí a la canoa, era lunes, 7.30 am. El rio estaba bajo y tuve que arrastrarme un poco en el barro hasta llegar al hilo de agua que quedaba en el arroyo para poder salir. Hacía como cinco días que soplaba el sudeste, y esa mañana por fin pude aventarme a la remada escuchando más pájaros que ráfagas. Avanzaba en el agua distraída en las copas de los árboles y, andá a saber por qué, me pregunté si debería moderar esa costumbre que tengo de hablar sola. Los días de marea me habían hecho quedarme en casa sin ver a nadie. Sin embargo, había estado charlando muchas cosas conmigo, tenía nuevos planes y hasta se había ido volando alguna angustia. ¿Será que todes hablamos soles cuando nadie nos ve?
Recordé que siempre escuchaba a mi abuela Olga murmurar, y un día no aguanté la curiosidad y le pregunté hasta con entusiasmo: Abu, ¿vos también tenés amiga invisible? Ella se puso colorada y  rió, después me explicó que no, que cuando era chiquita como yo sí tenía, pero que ahora hablaba sola de vieja loca que era nomas. Me reí también, aunque en el fondo me había ilusionado de que me presentara a su confidente imaginario. Yo tenía a Natalia, se llamaba igual que una prima con la que me gustaba jugar. Solo recuerdo que a veces discutíamos, y cuando me enojaba con ella la mandaba a volar por la ventana, pero al rato ella ya estaba ahí de vuelta y yo le contaba alguna buena nueva. ¿Será que ahora hablo sola?
Ese lunes fui a dar un taller en el Festival de Poesía en la Escuela, en Martín García. Había llevado una cajita de muchos colores que me había dado mi amiga de carne, corazón y hueso Lorena. La cajita traía palabras sueltas con las que podíamos escribir o dibujar lo que nos imagináramos.

A Rita, de la primaria, le tocaron las palabras ¨ tres ¨, ¨espejo¨ y ¨burbuja¨. Se dibujó ella misma junto a sus dos mejores amigues, Juan y Mailen. Con crayones violetas y rosas hizo tres hamacas que compartían, a Mailén mirándose al espejo, y las aventuras de un burbujero alguna tarde de verano. También tres casas distintas. Rita me mostró su dibujo y me contó un detalle muy importante: Juan y Mailén eran sus amigues invisibles, y hacía un tiempo que ella ya no les veía. En el dorso de la hoja escribió:

Los tres
Mailen, Juan y yo somos mejores amigos
Mailen vive en Delviso
Y Juan en la Isla Martin García.
Hace mucho que no los veo
Si alguien los ve díganles que los extraño.
Me encanta jugar con ellos.

Yo hoy todavía no me charlé, pero me dio por contarte este recuerdo mezclado con otros recuerdos, míos y de Rita, que se cruzaron con las palabras de una cajita mágica que anda viajando de amiga en amiga llevando poesías y mensajes de reencuentro.




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